Son las once menos cuarto
y sencillamente lo sé,
La besas y te acuestas con ella,
no me preguntes porqué.
Son todas las capas de histeria…
Amor educado, escala social…
Sé que no puedes evitarlo,
viril necesidad d3 imperar
Incapax de apreciar la verdad.
Miro el agua cayendo a la tina.
Comienzo a llorar.
Lo siento en mi piel, sé dónde la tocas
No me lo dijiste, pero cuando se ama
uno sabe todo lo que el que te ama hace.
Solo es que esta vez… no sé si quiero frenarte.
¿Evitarte tener tu limitada libertad?
¿Quitarte el sueño sin preocupación por lo que de verdad sucede en el mundo?
¿Proponerte que dejes el yugo burgués?
¿Pedirte que despiertes a la realidad?
La verdad es tan dura… que quizás…
En vez de besarte bella durmiente…
Te deje allí, quietecita, soñando
Hasta nunca jamás.
No sé si te invitaría mi mal trago.
No represento ni tu estirpe, ni tu género.
Amarme implica abrir una puerta que no deseas,
ni piensas que quixás tengas.
Me deseas y me amas de verdad,
pero entre el género esperable y unx distinto…
Es bastante fácil descartar el difícil original.
Cuánta poca lealtad…
Más… te siento entre ella
Piensas en mí por un momento
Lo sentí mientras miro la canilla en mi cocina y de la nada me largo a llorar
Sintiéndolo todo y cada detalle,
Sabiendo eso que no me dices
Que ella te tiene dentro
Y yo… no soy mujer.
Yo… no sería nunca tu mujer.
Uno que no es o uno que es los dos,
¡Te deseo el vacío y el desamparo!
¡Te deseo el odio y un rayo!
Te deseo que te bese antes de dormirte…
Como lo haría yo…
Y bien sé que lo hará…
Porque yo no soy mujer.
Seguramente no lo logres.
Seguramente le digas que suele ser así la primera vez.
Seguramente recuerdes que no fue así siempre.
Seguramente te acepte tu lento ritual.
Seguramente se ilusione.
Y seguramente construya un ideal.
Y si su corazón es firme, no te defraudará.
Será lo suficientemente egoísta como para no importarle su libertad
y a tu valor, estatus, género y cultura aportar.
Tus dones son para mi yug9s.
No te culpo, ella te querrá siempre
Pero a ti… sabes que no…
Para eso estaba yo.
Lo triste del game over
es que anticipa el inicio
de un juego viciado,
sin experiencia suficiente
para ganar.
M. Lopez