En Berlín hay un Cineforum en Café Madame todos los martes a las 19 hs. Me había enterado de su existencia en el año 2023, no recuerdo cómo, recuerdo que miré la selección de películas en su instagram y me gustó, pensé en que algún día me gustaría ir. Pero eso fue en Septiembre de 2023, cuando volví de Australia, y el comienzo del invierno implica para mí también la temporada alta del Tango y el tiempo en el que trabajo más y duermo menos, el sol se va progresivamente de Berlin, me transformo en un ser de las profundidades del océano, la piel absorve la oscuridad del frío, las capas supérfluas se ablandan, se encienden los sentidos telepáticos, a veces paso insomnio por la falta de vitamina D y entro en los ciclos semanales 8-4 o 4-4 (horas despiertx-horas de entresueño) de los cuales hasta ahora han brotado las cosas creativas más profundas, pero también es este el tiempo del consistente dolor físico producto del trabajo y de todo lo descripto anteriormente. Por lo que si me enteré de que existía un club de cine para Hispanohablante no tuve tiempo de retener en la consciencia el fertil deseo de presentarme.

En Enero de 2024 tomé un fin de semana libre de tanto trabajo post Empresas, cumpleaños, casamientos, Navidad, Silvester, Reyes y tantos tangos… y para mi sorpresa en mi primer domingo libre me autoinvité a una caminata de 5-6 hs bajo la nieve con un grupo que encontré en Facebook. Si lo que pensaba era descansar…

Las personas de la caminata me agregaron al grupo de whatsapp de Hispanohablantes en Berlín. Inclusive después de que les dije que no, que por favor otro grupo más no. Un hombre llamado Rafa me preguntó sensiblemente porqué y le pude explicar que la gente no se me pasa desapercibida, y un grupo, inclusive de whatsapp, es para mí es demasiada gente. Recuerdo cómo se miró con el guía de la caminata, éste otro con un amable gesto insistió “No te pierdas Jo, es importante que estés conectadx”. A ésto no le pude decir que no… me tocó en el talón de aquiles y la verdad es que no era un paso de baile, venía rengeando hace meses. Algo en su preocupación tan afable como temporal, porque recién les conocía, me hizo sentir cuidadx. “Bueno, está bien”.

Entonces empecé a ver las publicaciones y avisos al Cineforum en dicho grupo. Lo intenté en Marzo, sin previo aviso, pero dos veces no pude ir. Luego lo intenté en Abril pero en primavera le tengo alergia a los árboles de europa, tengo que aceptar a cada día es una lotería. Al menos me contacté. Me respondió un tipo llamado Carlos. Sentí su atención y una amabilidad sencilla pero distintivamente despierta. Primer contacto, percibí a alguien por sobre la media. Ok, “me lo apunto”. Era Abril.

De Abril a Junio… ¡Qué meses! Lo ocurrido en esos meses se relacionó muy de cerca con el hecho de que mi primer película haya sido Tár, con Cate Blanchett. Creo en las afirmaciones y las que empiezan con la palabra “no” reconstruyen al sistema del que necesitamos salir, por eso lo diré así: Todo lo que vivo forma parte de una sinfonía que me antecede, a la que escucho y como artista, por ejemplo de cuerdas, sigo la pista de la dirección y respondo en sinfonía junto con miles de otros intrumentos que colaborando con la realidad reproducimos la vibración de lo que ella misma en sí misma expresaría automáticamente, pero que frenamos por estar tan obstinados con este sistema. Berlín es una ciudad llena de gente que entiende ésto. Llena de artistas o de personas que valoran el Arte, o quizás de adictos, nihilistas, narcisistas, PeterPans, es decir, de quienes pulsan en favor del Arte pero aún no logran ver el relieve de la realidad si no es desde la cara externa del sistema y sus necesidades. El Arte es de todos, todos podemos cambiar de lado, pero el sistema, a todos, nos obliga a diario a leer desde el lado obtuso, su lado.

Salí de Café Madam casi como un rayo apenas terminó la película. No entendía nada, no sabía qué pensar, qué concluir, qué nada. Me sentí nada. Menos mal que este tipo Carlos tiró las primeras preguntas. Me gustaron sus preguntas, por un tiempo me quedé mirándolas. Luego reparé en alguna respuesta, había un músico de cámara que podía comentar desde su experiencia, habían varios aficionados del arte, inclusive alguien a quien le di tabaco me comentó de unos estudios en la lejanía de Berlin para los que buscan artistas. Interesante grupo de gente. Me hizo sentir bien el notar que se conocen desde hace… hace 20 años que existe este Cineforum.

Esa noche estaba presente alguien a quien yo había invitado. La había conocido en Enero o Febrero bailando en Kitkat, nos encontramos la misma fiebre por bailar a todo motor hasta las 10 de la mañana y nos habíamos reído profundamente. Le había comentado de que deseaba asistir a unos martes de cine, pero que nunca encontraba el tiempo. Me pidió la información y siguió al Cineforum por su cuenta. Sin saberlo ningunx de lxs dos, nos encontramos esa noche. “Jo!”, al principio no la reconocí, “Irene!”. Y vi en su mirada la sorpresa, pero tambien la sorpresa de verme en el mundo “real” (aunque a esta altura no incluiría al Cineforum en el mundo “real”). Lo sé, es como me veo. Se lo intenté explicar a su amigo con el que me fui del club y con el que pasamos dos días más encontrandonos para seguir bailando. Ser no-binarie es bastante complicado de expresar en el Kitkat. Pero esa noche vi que Irene me miró a mí y entendió. Sentí desilución, perdió a una amiga, me abrazó profundo, se fue temprano. Suele suceder.

Pero aún no sentía nada. Me levanté de la silla, pensando en ir a buscar mi bicicleta, y recuerdo muy bien desde qué ángulo giré de vuelta hacia la zona exterior del bar donde estaban todos sentados sobre las sillas y mesas de madera. Lo miré a este tipo Carlos y luego miré a cada uno y vino a mi la imágen del pedazo de pollo que saqué de la heladera y que, haciendo caso omiso al olor que salía de la misma, lo metí en la ensalada y lo comí a las corridas antes de salir de casa. No tenía tiempo y mi gen latinoamericano-italiano-escocés no tira comida. Entonces pude dar mi primera apreciación de la película. Había sido un autoboicot profundamente planificado. A Carlos no le pareció que hubiera sido planificado, pero insistí en que una mente tan manipuladora, brillante, sensible, no es capaz de hacer nada fuera del plano de la elección y que vió, quizás mucho años antes, que su única escapatoria sería algún día lo que parecería la destrucción de su carrera, pero en realidad sería la única posibilidad de en vida poder, finalmente, componer algo que fuese propio luego de las primeras cinco notas, y no un robo educado segun un sistema.

Mi mano izquierda entra en la heladera y toma el tupper que contiene el pollo. Algo en mi mente comenzó a sentir las profundidades de los significantes que me estaba auto dando… y entonces lo entendí. Regla básica: Lo que sea que piensas es lo que creas. Abrí los ojos como mirando al tupper en la heladera trasladarse por el aire sobre mis dedos.

Había sido autoboicot.

“La puta madre…” una sensación de preocupación me recorrió el cuerpo. “¿Y ahora qué…?”

Eso había sido el sábado al medio día, estábamos a martes… eso explicaba porqué el sábado a la noche mientras mirabamos Odisea al Espacio con Lutz me agarró un dolor de cabeza tan extraño y tan profundo que se me apagó la cabeza justo 3 mins antes del final. El domingo me retorcí de un dolor tan agudo de cabeza que solo me dejaba tomar agua insaciablemente, hacer pis y seguir tomando agua. No podía mantenerme despiertx, dormité todo el domingo continuando los ciclos de agua. El lunes fui a trabajar, algo me dijo que tenía que aguantar una semana. El dolor de cabeza había bajado a un estado constante, podía mantenerlo, pero no la descompostura general del sistema digestivo. Inclusive fui a las clases de alemán y seguí con mi dieta pre diabética diaria.

Entonces era martes, acababa de ver Tar y la vida, la dirección general, me estaba mirando a los ojos cual director de orquesta que antecede con la mirada la entrada de un nuevo instrumento. Yo estaba viendo en vivo y en directo lo que me iba a pasar. Me pregunté si valía la pena asustarme. La protagonista de la película nunca demuestra miedo, si dolor, pero en el punto de no tener miedo empaticé con ella. Lo evidente evidente está.

Aguanté 3 días más el trabajo y las clases de alemán con el dolor de cabeza creciente cada día, hasta que el sábado Lutz me llevó a un hospital porque ya no podía pararme y los ciclos del agua eran demasiado constantes. Principio de meningitis (solo en las membranas del cerebro y no en la espina dorsal, demostrado por la falta de fiebre). Lutz me llevó a su casa, donde dormí 4 días de corrido, levantandome solo para tomar agua y las dosis de 6-8 remedios.

Entre medio fui al Cineforum. Tuve que explicarle a Lutz que era importante en mi vida, en especial en este estado, volver a ver Tarkovsky porque necesitaba poesía. Refunfuó y fui solx. Vimos “La infancia de Ivan”. Algo estaba cambiando en mi cabeza. A lo largo de la película el dolor de cabeza se había detenido. Recuerdo que la silla no me resultaba cómoda, pero que prefería no absorver queja que me trajera de vuelta el dolor de cabeza. Qué belleza de película, las gotas y el correr del agua en todos sus ciclos. Me volvía a mirar a los ojos la dirección. No es una lectura tan egocéntrica, estamos en una orquesta. Escuchar la visión de cada persona me mostró la película desde otras vidas y pude sentir así que la imágen ya no era un plano, sino un paisaje con relieves formado por el tiempo de las percepciones de cada uno de los humanos que nos estabamos compartiendo en ese lugar. Había algo en ese grupo humano que me hacía muchísimo bien, pero por cuidado a que volviera el dolor de cabeza me fui temprano.

Esa noche empezaría a tomar los probióticos más caros y fuertes disponibles en Alemania. No era moco de pavo lo que me iba a pasar si no hacía algo a tiempo, al final y  al cabo de eso se trata ser artista, de leer las señales anteriores al tiempo y componer con él. En la medida en la que la meningitis, causada por la intoxicación del hígado y altos niveles de amoníaco en sangre, bajó entonces empezó una vergonzosa gastroenteritis (¡Cómo me salvaron esos probioticos!), que luego mejoró hacia una dolorosa gastritis, que luego pasó a una duodenitis, que finalmente luego de cuatro semanas pasó a un pancreas que no funcionaba más. Había visto a mi médicx el día anterior y luego de ver los resultados de tantos análisis se había quedado pensando si el problema no estaría en el Pancreas.

Esa noche vino a casa Lutz. A la mañana siguiente me señaló una pintura y me dijo que la quería para su novia. Miré la pintura, mire a la dirección a los ojos. La pintura era un mandala que había hecho durante el Covid con mi amiga Raisa y Agus y Guggi Venzano. Le escribí por whatsapp “Te necesito hoy”, no hablaba con ella desde ese Marzo de 2020 y tampoco sabía en qué páramo del mundo estaba. En ese momento me contactó, de la nada, Mónika, una especialista en electromagnetismo y sanación por medio de imanes que me había recordado al mirar a una pintura que le dí en el año 2022. Le conté de mi estado, me hizo una lectura a distancia y me indicó que tenía el páncreas inflamado. Hablé con amiga del mandala esa noche y me acercó “El camino del artista”. A la mañana siguiente comencé con las hojas matutinas.

A los dos días los análisis mostrarían que mi pancreas no funcionaba más, sencillamente había, quizás decidido, dejar este plano. Algo en mí había decidido dejar de ser. La puta madre ¿Cómo salgo de ésta? Siempre supe que no me iba a matar algo tan corriente como un pedazo de pollo. Después de sobrevivir 7 días en coma a un accidente a los dos años, de sobrevivir a un golpe en la cabeza a toda velocidad a los 10 años y de vivir las cosas que viví en Berlín, no, yo no iba a morir de algo tan común ni menos ahora. Apliqué a la biodecodificación y encontré: Miedo a vivir. Ok, si ya lo tenía decidido… ¿Cómo frenar la metástasis? Hace ya 4 días habia empezado un tratamiento con MMS con una dosis especialmente fuerte inicial que me había asustado. Si había seguido con vida después de esa dosis, podía sobrevivir. El análisis de sangre estaría 4 días atrasado, con el MMS , una terapia de jugo de zanahoria para recomponer los tejidos del Pancreas y las hojas matutinas de “El camino del artista”, podría dar vuelta al tiempo. Nunca fui tan estoerista, pero la realidad es que ni los 2 hospitales por los que pasé, ni los 3 médicos que vi sabían cómo resolver mi estado que solo iba a toda velocidad hacia un cancer de páncreas. Seguía mi intuición y escuchar a la dirección de la orquesta, yo creo en el Arte y creo en esta vida.

Es que de hecho eso fue lo interesante de todo este estado. A medida en que la inflamación iba reacomodándose y afectando a diferentes órganos, lo que en verdad estaba haciendo era receteando a fondo diferentes lugares de mi cuerpo. Fui sintiendo su presencia muy fuertemente en cada lugar, pero también su otro trabajo, el espiritual. Pude percibir de manera extremadamente clara que mi mente ya no estaba en mi cerebro, sino en mi intestino y que el cambio absoluto de flora intestinal estaba cambiando mi piel mental e intuitiva. Desde que el dolor de cabeza se habia pasado ahora veía con mucha más claridad. Estaba sucediendo un reset interno, desde la flora intestinal.

Para mi sorpresa en la visita de dos amigas expresé mi deseo de volver a pintar con colores mi antigua Ciudad Automática de Buenos Aires, pero ahora de Berlin ¡¿Qué?! Yo decía eso y con semejante sonrisa de oreja a oreja. La dirección de la orquesta era tan pero tan buena que lograba hacerme leer el pentagrama antes del cambio de página e introducirme tanto con humana presencia como con altísimo entendimiento, todo en vivo ¡Cuántos lugares se me habían receteado! Paulatinamente a cada semana fui escuchando a mi intuición más y más de cerca. Renuncié a un trabajo, decidí no tomar horas extras, me dediqué a percibirme, conecté con un ciclo de cine que me interesaba, empecé a seguir los ciclos en el Babylon y a ver algunos clásicos en el Zoo Palast, empecé a recordar libros que quería leer y seguir mi intuición hasta que… Entonces una pregunta se me empezó a hacer clara: ¿Porqué la imágen? Oh, esta bendita paradoja del artista visual.

 

 

 

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